Pardillas, plateras y afines


 Se conocen como pardillas y plateras a varias especies comestibles de buen porte con láminas blancas y decurrentes y pertenecientes al antiguo género Clitocybe, hoy subdividido en varios géneros.


El himenio por debajo del sombrero está constituido por láminas y lamélulas finas y apretadas, claramente decurrentes por el pie y blancas o muy claras en la madurez debido a que presentan esporada blanca.



Los sombreros, más o menos carnosos, suelen ser convexos a deprimidos o embudados, de coloraciones entre grisáceas a rosadas o encarnadas y nunca higrófanas.



Las esporas en general son muy pequeñas, incoloras al microscopio, pero blancas en masa, fusiformes o en algunas especies en forma de lágrima, de paredes lisas y, por supuesto, no amiloides.


La más conocida como pardilla es Clitocybe nebularis, como indica el nombre tiene un sombrero de coloración grisácea, no rosada, rara vez embudado salvo en ejemplares muy pasado, con pie corto y grueso, láminas blancas fácilmente separables de la carne y un fuerte y peculiar olor ciánico casi desagradable. Aunque comestible durante mucho tiempo en la actualidad esta catalogada como tóxica ya que genera trastornos digestivos a muchas personas.


Una especie muy peligrosa por su toxicidad y muy parecida a las formas de pardilla decoloradas o blanquecinas es el Entoloma sinuatum de láminas más espaciadas, amarillentas al principio y rosadas en la madurez ya que su esporada es rosa, no blanca, y con inserción al pie escotada, no decurrentes.


Las esporas de las entolomas, Entoloma, son angulosas y en masa rosas.


También se conoce como pardilla, platera o incluso urrilziza al Infundibulicybe geotropa = Clitocybe geotropa una de las más grandes de este grupo, con sombrero que alcanza los 20 cm de diámetro, más tirando al rosado que al grisáceo, al principio mamelonado y en la madurez embudado o deprimido y con un pie grueso, en general más largo que el diámetro del sombrero.


Considerada como el hermano pequeño o platera menor, el clitocibe embudado o Clitocybe gibba presenta también una coloración rosada y una silueta similar, enseguida embudada, pero mucho menos carnosa, pie más fino y en general de sombrero de menos de 10 cm, sin embargo, de similar calidad gastronómica.


Otras dos especies muy relacionadas e igualmente comestibles pero menos consumidas y valoradas por su rareza y sobre todo por su menor porte, son el Clitocybe costata con borde del sombrero surcado de pliegues.


Y el Clitocybe bresadolana, seta de coloración general anaranjada u ocre anaranjada, de sombrero deprimido o embudado muy liso y láminas muy decurrentes un poco rosadas o cremas, pero no blanco puro y esporas en forma de lágrima.


En la región mediterránea, tanto en quejigales, carrascales o pinares de Pinus halepensis, es común el Clitocybe alexandri, también conocida como "Corona de Álava", de láminas coloreadas, cremas a ocráceas, no blanco puro, y sombrero color cuero con manchas redondeadas.


Tambien en ambientes mediterráneos, encontramos el Clitocybe sublateritia, especie de láminas blanquecinas, espaciadas y decurrentes, de aspecto muy parecidos al Clitocybe costata, con sombrero marrón de bordes muy rizados, igual que éste, pero que no reacciona con la potasa y esporas más cortas y diferentes.


Muy parecido también el Rhizocybe vermicularis, es una especie característica por su coloración rosada o marrón anaranjado, pero higrófana, es decir, que cambia de color con la desecación, sus láminas decurrentes y claras típicas de Clitocybe, pero lo más característico y de donde le viene el nombre es la presencia de rizoides en la base del pie. Comestible de escaso interés por su rareza.


El Ampulloclitocybe clavipes, en realidad es una variedad de Clitocybe, comestible bastante mediocre y sobre todo tóxico si se consume con alcohol, con láminas muy decurrentes y blancas y sobre todo característico por su pie un poco coloreado, grisáceo, hueco y ensanchado en la base en un bulbo en bota de consistencia muy blanda.


Con sombrero blanco o blanquecino, no grisáceo ni rosado, también de buen porte, láminas más o menos decurrentes e incluso también esporada blanca, pero amiloide, nos encontramos otras especies que no son pardillas o plateras, los Leucopaxillus.



Todas las especies de Leucopaxillus se diferencian porque la esporada blanca se torna grisácea con el lugol y las esporas grisáceas al microscopio.


El Leucopaxillus lepistoides es una gran seta de prados con porte de champiñón blanco, pero de láminas y esporada blanca y muy grisáceas con yodo, amiloides. Excelente comestible, aunque pendiente de estudio porque recientemente se han registrado casos de intoxicaciones colectivas debidas a esta seta o a alguna variedad.


Y el Leucopaxillus paradoxus es otra seta blanca de buen porte, que generalmente desarrolla en ramilletes, con sombrero blanco que amarillea muy sutilmente en la vejez, olor y sabor un poco jabonoso y láminas blancas escotadas o un poco decurrentes. Especie comestible aunque de escaso interés por su rareza.


Muy parecido, pero de mucho más porte y más claramente confundible con plateras es el Leucopaxillus giganteus.


Por último en este monográfico incluiremos algunas especies, muy parecidas a pardillas y plateras, pero que en general son más pequeñas y menos carnosas, de coloraciones blanquecinas o muy claras, no higrófanas y también pertenecientes al género Clitocybe y con las características indicadas al principio, pero a diferencia de las anteriores la mayor parte son muy tóxicas.


Uno de los más comunes y de mayor porte es el Clitocybe phyllophila muy común en bosques de todo tipo, no en prados, muy tóxica, presenta un sombrero blanco con una especie de pulverulencia encima que se va con los roces y deja ver un fondo rosado.


Muy parecida y no fácil de diferenciar el Clitocybe dealbata, es otro pequeño clitocibe blanco, pero propio de praderas y claros de bosque, muy tóxico y peligroso, con sombrero aplanado o un poco deprimido, color gamuza u ocre claro, muy ligeramente higrófano, pero sin bordes estriados, con pruina blanca muy notable.


El Clitocybe rivulosa es otra especie característica por salir en grupos en prados o bordes de caminos herbosos, con sombrero de tamaño medio a pequeño, coloración blanca y con manchas o líneas concéntricas rosadas y unas láminas blancas poco decurrentes, también muy tóxica.


Por último, del amplio grupo de clitocibes blancos, todos ellos bastante peligrosos y no fáciles de diferenciar entre sí, comentaremos el Leucocye candicans= Clitocybe candicans, de sombrero también blanco, brillante y homogéneo, no higrófano, con láminas blancas muy poco decurrentes para un Clitocybe y sin olor harinoso destacable, aunque puede presentar olor terroso.

Esquema de pardillas, plateras y afines




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